A MARÍA, MI MADRE
Que brotó del sentimiento, amor grande y real
Transformando un beso y algo que fue ideal
En carne viva que te quiere y no te olvida.
Eres inspiración de cada día y muchas noches,
Luz que ilumina un camino pleno con espinos.
Tus palabras fueron como bosque con encinos
Verdes de esperanza y exentos de reproches.
Tu sonrisa débil, cálida y hermosa
Estará presente en la mente; y mis ojos
Verán esa risa en labios de los nietos
Hechos en mucho a tu medida (como esa moza).
Tu amor constante y lleno de tesón
Me recuerda en mucho al dado por María
Madre ejemplar, sufrida y santa María;
Y por que no si carne y mismo nombre son.
Tu lealtad es valuarte que permanece intacto
E inerme a pesar de muchos desencantos
Y por eso, con amor y cariño yo te canto
Y te prometo quererte y respetar el pacto.
Pues en roca se escribió en aquel lejano año
(Perdona mamá la sencillez del verso) Poca cosa
Lo se, te honro en el ocaso de tu otoño.
Carlos
Norberto